Un grupo de astrofísicos australianos y estadounidenses, que analizaron los datos recogidos por el telescopio espacial Hubble, detectó un inusual agujero negro que sobrevivió a la destrucción de una galaxia enana.
El agujero negro denominado HLX-1 se encuentra aproximadamente a 290 millones años luz de la Tierra. Según los datos científicos, el objeto tiene una masa que equivale a 20.000 masas del Sol y se considera como un agujero negro de masa intermedia (en comparación, el hoyo negro supermasivo que se halla en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, es 4 millones de veces más pesado que nuestro astro).
HLX-1 está rodeado por estrellas jóvenes y antiguamente se encontraba en el centro de una galaxia enana que dejó de existir como resultado de la influencia de otra galaxia mucho mayor que la destrozó. Según opinan los astrofísicos, el cataclismo ocasionó una brusca compresión de la materia, provocando la formación de nuevas estrellas que fueron detectadas por el telescopio Hubble.
Las investigaciones permiten suponer que la edad de estas estrellas es poco menos de 200 millones de años.
Los autores del estudio consideran que HLX-1 muestra una fase de la formación de los agujeros negros supermasivos y es el único agujero negro de tamaño intermedio conocido por la ciencia. Los científicos creen que tales objetos son raramente observables pues permanecen por un corto periodo de tiempo.
Los agujeros negros tienen masas tan enormes que ninguna partícula material, ni siquiera los fotones de luz, pueden escapar de su gravedad. Tampoco emiten nada, por eso son muy difíciles de detectar. Sin embargo, los científicos aprendieron a detectarlos por la radiación X que se genera a su alrededor cuando la materia atrapada por su campo gravitatorio cae cada vez más rápido dentro del objeto y aumenta su temperatura.
Fuente RT
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