No existe ningún instrumento óptico con la capacidad de captar un objeto tan pequeño y tan alejado de la Tierra, que se encuentra a una distancia media de 382.500 kilómetros de su satélite.
Las banderas estadounidenses plantadas en la superficie lunar en las distintas misiones del Programa Apolo tienen unos 125 centímetros de largo.
Apreciarlas desde aquí requeriría un telescopio de unos 200 metros de diámetro. Para que te hagas una idea de lo que eso supone, basta con que sepas que el Gran Telescopio Canarias, uno de los observatorios ópticos de mayor tamaño en el mundo, posee un espejo primario de solo 10,4 metros.
Si sabemos que las banderas continúan donde las dejaron es gracias a misiones como la de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter, lanzada por la NASA en 2009 para explorar el satélite, especialmente sus polos.
Solo parece haber una excepción: las imágenes no han confirmado que se mantenga la bandera llevada allí por la Apolo 11 en la primera expedición tripulada a la superficie de la Luna.
Algunas Rastros de que el Hombre SI estuvo en la Luna
Rastros que dejó la misión del Apolo 17 en la Luna captados por la sonda LRO de la NASA. A la izquierda, las huellas de los astronautas. A la derecha se aprecian las huellas de las ruedas de los vehículos lunares que usaron.
Imágenes del lugar donde aterrizó el Apolo 12, donde se ve las huellas de las pisadas de los astronautas. A la izquierda pueden verse los paquetes de instrumentos ALSEP, que fueron instalados para obtener información de la geología lunar y del entorno, y cuyos cables reflejan mucha luz.
El módulo Antares del Apolo 14 y las huellas dejadas por Alan Shepard y Edgar Mitchell.
Foto tomada por la LRO en 2010 que muestra el lugar donde impactó el Apolo 13, en el Mare Cognitum, formando un cráter de 30 metros de diámetro.
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