Mas allá de todos los desastres, problemas y perjuicios que trae consigo la erupción de un Volcán, un factor no menos importante es la seguridad en la aviación.
La gran cantidad de ceniza volcánica arrojada al cielo, genera unas grandes y gruesas capas de nubes, que ponen en riesgo la seguridad en la aviación.
Las líneas aéreas suelen consultar con las agencias locales del tiempo para determinar la seguridad de vuelo, y esas decisiones hoy en día se basan en gran medida en las estimaciones manuales con información obtenida de una red mundial de centros de avisos de cenizas volcánicas.
Los investigadores del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, están utilizando las mediciones por satélite ya disponibles de dióxido de azufre (SO 2 ), unos componentes principales de las emisiones volcánicas, junto con la capacidad más reciente para mapear la ubicación y perfiles verticales de aerosoles volcánicos
Conociendo el tiempo y la duración de una erupción, la altitud y la cantidad de las emisiones volcánicas son críticos para un modelo de predicción precisa volcánica.
La altura de la columna de humo es particularmente crítica para la previsión de la dirección de la pluma.
Incluso varios kilómetros de altura pueden hacer una diferencia significativa en la predicción de movimiento de la pluma.
Más precisos pronósticos de nubes volcánicas podrían reducir las cancelaciones de líneas aéreas y los costes de cambio de ruta.
Modelo de Simulación armado mediante una Super Computadora, con la informacion del Satelite Suomi NPP.
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